jueves, 5 de agosto de 2010

Excusez-moi


Hablando de hombres, conmigo misma -Si, tengo principios de esquizofrenia- me di cuenta, que uno suele tener “gustos” en cuanto al tema se refiere.

Y no, no hablo de gustos físicos (que suelen tener un meritorio porcentaje de importancia) Esta vez, me refiero a preferencias como las siguientes:

(Me permito citar a amigas, amigos -Why not?- y citarME)

Me en-can-ta un hombre que huela a perfume, no soporto a alguien que no tenga olor o en su defecto, que lo tenga

Que show que se presente con nombre y apellido” Claro, cuando el apellido no es rimbombante, porque si fuera un ________ Pocaterra, no te parecería show.

Que asco que me diga princesa

No me gusta, tiene las manos chiquitas” Feel free de sustituir “manos” por cualquier otra parte del cuerpo de su preferencia.

Come como un troglodita

Cuando se emborracha se le sale el barrio y me dice que esta mueltico e’ la pea” Esto es un caso de la vida real.

Yo creo que es marico

¿Tu le viste las uñas de los pies?

A esta lista, se le suman un sinfín de argumentos que es bueno tener a la mano en caso de emergencia.

Mi punto es..

Cuando alguien realmente te gusta, el factor que tiene más peso en esa ecuación es LA PERSONA (simple) Aunque venga en super combo con sus manos chiquitas y de jeva. Los demás son sólo excusas que nos damos a nosotros mismos para justificarnos.

Yo creo que cuando de verdad consigues a esa persona no te va a importar que te diga: “Mami, te quiero rellenar la arepa” o “Estas como pollo en brasa…” Ustedes saben el final de ese cuento.

Así es el amor, no es una cuestión de lógica.

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