lunes, 2 de agosto de 2010

F*cking doves


Punto no. 1: Detesto las palomas, no hay animal en el mundo que me cause tanta repulsión (ojo: Dije animal, no insecto… Eso es otra historia) No soporto que sea el animal de la paz, muero de asco cada vez que en un evento sueltan palomas, como símbolo de libertad y todo el mundo las ve con cara de: “Ay que belleza…”, para mi eso es tan asqueroso como si soltaran cucarachas o murciélagos.


El porque del punto no. 1: Desde hace algunos meses, por las noches, en la esquina de mi ventana se paran dos palomas. Yo duermo pegada a la ventana, por lo que siempre puedo disfrutar del agradable sonido de sus alas o sus gemidos cuando fornican (todas las putas madrugadas)

Yo había intentado todo para espantarlas, incluso llegué a pegarles con un palo de escoba. Ey! No pegarles para matarlas, sino para espantarlas, aunque en este momento la idea de un asesinato me seduce.

Debo admitir que por un tiempo habían desaparecido, incluso habí­a olvidado ese tormentoso episodio de mi vida. Pero…El Jedi siempre retorna!

Nuevamente las palomas satisfacen sus deseos carnales en mi ventana, cual matadero barato de carretera. Y ya no hay remedio que valga, ellas no se van. Lo agarraron de gúevito fiestero.

Pregunto: De todas las ventanas que hay en mi edificio, o incluso en mi apartamento… ¿Por qué escogen la mí­a? ¿Why? No entiendo como un animal que tiene el cerebro del tamaño de una caraota, puede tener un GPS tan perfecto como para re.encontrarse con mi ventana todas las noches. ¿Por qué la pigeon no se pierde? Si hasta yo, un ser humano pensante, me pierdo en esta ciudad.

¿A quien le apetecen unas palomitas con papas para el almuerzo?

QUIERO LLORAR…

PD1: 5.47 am y yo freshca como lechugita!

PD2: Yo se que lo de la foto NO es una paloma, no soy una becerra… Simplemente no podía tener una
foto de una cosa tan fea en mi blog. Sería como una mancha de vómito en un apartamento alfombrado.

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