Hoy se suponía que me tocaba vivir la parte “fácil” del proceso CADIVI, pero como se trata de MI, asumir ese planteamiento fue un tanto inocente de mi parte.
Hoy era el día en que recibía mis verdes en cash, pero NO! Not so easy bitch…
Después de horas de espera, porque claro, hoy cobraba cuanto anciano y obrero existió, me llaman a la taquilla y me dicen que mi cédula es falsa. Es decir, no es la original sino una copia y con eso no se puede retirar los miserables 500 dólares.
Yo me pregunto ahora: ¿Yo fui a un banco o a un local nocturno para que me rebotara un bouncer en la entrada? #Quearrechera!
Lo mejor de todo es cuando llamo a mi mamá a contarle y ella me dice muy relajada: “Ay es que tu cédula original la tengo YO, porque la agarré para sacarte una copia y que no se te pierda la verdadera en el viaje”
Mom you are SO kind! Creo que poner la cédula verdadera donde la encontraste no era tan difícil. ¿Por qué las mamás agarran sin permiso o sin avisar las cosas de uno y joden todo?
#GOOSFRABA
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